Lo trágico
La vida humana es trágica, esto significa que en la vida cotidiana el
ser humano se ve afectado por acontecimientos funestos que son
sumamente sangrientos y terribles. Por eso se ha dicho que la
tragicidad es propia de la existencia humana.
Una tormenta, un huracán, un sismo son acontecimientos que
afectan terriblemente la vida del hombre. No sólo los fenómenos
naturales traen tragedia a la vida humana, también ciertas acciones
o comportamientos del mismo individuo sobre otros, trae
acontecimientos terribles que son calificados como trágicos. Como
es trágica la historia de la muchacha judía Anna Frank que, escondida
durante meses en la trastienda de una casita holandesa bajo la
ocupación nazi, acaba por morir en un campo de concentración.
En las situaciones trágicas está presente la derrota, la muerte pero
no de manera natural, sino con un desenlace terrible.
Las tragedias de la vida afectan considerablemente causando
compasión, ira, horror o indignación. Lo que sucede en la vida real
no puede producir placer de ninguna manera. En otras palabras:
lo trágico en la vida real no puede convertirse en espectáculo,
condición necesaria para que pueda producirse el placer estético.
Existen obras producto de la creatividad humana que muestran lo
trágico, y justamente por ser obras de arte están diseñadas para
contemplarse y llevar al espectador al goce estético.
En la literatura existen muchos ejemplos: Edipo Rey, Otelo, Hamlet
etc. En pintura: los fusilamientos del 3 de Mayo, de Goya.
En todas las obras se manifiesta la situación terrible, funesta y
conflictiva que caracteriza a lo trágico. A veces el destino juega un
papel crucial en el desenlace de la obra y es el destino quien pone
en definitiva el carácter trágico, precisamente como sucede en las
tragedias griegas.
Y en los fusilamientos del 3 de Mayo, Goya plasma a los patriotas que
van a ser fusilados por los soldados franceses, hallándose con los
brazos en alto, arrodillados; se enfrentan al destino, la muerte en
una situación verdaderamente terrible.
Lo que caracteriza a las obras trágicas es la imposibilidad de salir
de esa situación funesta, es un conflicto sin solución. La situación
es desdichada, cerrada y con un desenlace funesto.
Para Aristóteles la tragedia viene cuando la felicidad se transforma
en desgracia. El personaje trágico es un ser desdichado, ya que su
vida desemboca en la desventura; por tanto, su destino es sufrir.
Aristóteles no se limita a describir el buen comportamiento del
personaje trágico que el destino le trunca su felicidad desembocando
su vida en un final desdichado; si no que subraya también el modo
como afecta la situación al espectador. Éste efecto es llamado
kátharsis, término griego que se traduce como “purificación”. Así
la tragedia libera al espectador de la carga pasional que se va
acumulando.
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on miércoles, 2 de diciembre de 2009
at 10:30
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