La Belleza  

Posted by lespaul




La Belleza
La primera categoría estética que se encuentra en los pueblos
antiguos es “la belleza”. Los griegos han relacionado esta categoría
con el concepto de “bueno”, y designa a lo “bien fabricado” o
“bien hecho”. Por ejemplo las armas son objetos estéticos y bellos
porque están “bien hechos” y tienen una función utilitaria.

Platón termina el diálogo de Hipias Mayor afirmando: “difícil cosa
es lo bello”, heredando la problemática a todos los pensadores
posteriores hasta los actuales. Desde ese entonces a la fecha no han
cesado los intentos por esclarecer exactamente qué es lo bello.
Aunque no se ha encontrado la única definición, si se ha
caracterizado de alguna manera, así la concepción griega clásica de
la belleza habla del orden, la proporción y la armonía como los
principales aspectos que integran a lo bello.
Platón por ejemplo elabora una concepción metafísica de la belleza
afirmando que es una idea eterna, perfecta, inmutable, de la que
participan temporal, imperfecta y diversamente las cosas bellas.
Plotino afirma que la belleza es el resplandor de una luz inteligible
de las cosas sensibles.
Ambos, Platón y Plotino entre otros muchos pensadores han
asociado la categoría de lo bello o a la belleza con un principio
supremo como lo son la idea, Dios, Ser. Fundamentando su
definición estética con una metafísica.
Han existido otras definiciones de la belleza a lo largo de la historia
que no se fundamentan en la metafísica y que enfocan su atención
en los objetos en sí mismos. Por ejemplo Plejánov o Georg Lukács
afirman que lo bello se encuentra en la unidad de contenido y forma
que tiene el propio objeto bello.
Para W.T. Stace (The Meaning of beauty), la belleza se da en la fusión
de un contenido intelectual y un campo perceptual, gracias a la cual
se revela un aspecto de la realidad.
Santo Tomás en la edad media dice que lo bello es “lo que place a
la vista”, concepción totalmente subjetivista.
Tratar de definir la belleza como categoría significa buscar una
definición real, entendiendo por ésta la que incluye ciertos rasgos
constantes, necesarios o esenciales. Esta pretensión es sumamente
difícil y nos debemos preguntar: ¿se puede descubrir en las obras
que consideramos bellas ciertos rasgos que permitan construir una
definición real, concreta de lo bello?
Como ya se señaló, los griegos subrayan el orden, la proporción y
la armonía como rasgos de la belleza. Estos rasgos prevalecen en
la estética cristiana (San Agustín) y la medieval (Santo Tomás). En
el renacimiento se deja de pensar que la belleza
de los objetos viene de Dios y se piensa que los
objetos son bellos en sí mismos. Para León
Bautista Alberti, teórico de la arquitectura
renacentista, “la belleza es una concordancia de
las partes de un conjunto, de tal manera que nada
se puede agregar, quitar o cambiar sin hacerlo
menos agradable”. Y complementa su definición
con esta otra: “la belleza es una especie de
armonía y de acuerdo entre todas las partes que
constituyen un todo construido según un número
fijo, cierta relación, cierto orden, tales como lo
exige el principio de simetría que es la ley más
elevada y más perfecta de la naturaleza”.

Los rasgos de belleza son los mismos que los del
arte clásico: armonía o concordancia de las partes,
la proporción y la simetría.
Pero no se puede olvidar que en determinados
períodos, como en el barroco y el manierismo,
los artistas se rebelan contra lo bello clásico y crean
bajo otras categorías como el pintor español del
siglo XVII Diego de Velásquez o Rembrandt.
En el romanticismo prevalece la categoría de
belleza pero no bajo el esquema clásico de
equilibrio, proporción y armonía; sino de la
emoción, el entusiasmo, lo extraño y lo misterioso, como
lo deja ver en su obra el romántico Eugene Delacroix.
Es muy importante observar y señalar que los cambios
ideológicos que se han dado en la historia han marcado
las pautas para las concepciones estéticas y por lo tanto
de las definiciones de las categorías estéticas, como en
este caso ha sucedido en lo bello.
De esta manera lo bello como categoría estética tiene un
carácter variable y diverso; que está en constante cambio
atendiendo a la historia del ser humano.
Por ejemplo la concepción de belleza en el cuerpo humano,
ha variado enormemente. En la Grecia clásica la Venus de
Milo encarna el ideal de belleza femenina, en cambio en
el barroco este ideal lo encarnan las mujeres robustas y
frondosas como en Las tres gracias de Rubens.






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This entry was posted on miércoles, 2 de diciembre de 2009 at 8:22 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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